Thursday, March 29, 2007

Diferencia entre "querer", "poder" y "tener derecho a"


En un mundo en el que los avances técnicos te permiten, por ejemplo, hablar con alguien, conectarte a Internet, escuchar música y hacer fotografías con un aparato no mayor que la palma de tu mano, parece que se ha puesto de moda exigir tales artificios. Así vemos como pre-adolescentes que apenas si saben hablar bien el idioma van por la calle con móviles última generación, grabando algunas veces las peleas (cuando no linchamientos) de sus compañeros, con el beneplácito de sus padres que se desviven por darles a sus críos todo lo mejor sin pararse a pensar si, primero, realmente es necesario en su educación, y segundo, si sus hijos son lo suficientemente maduros y responsables para hacer buen uso de esa clase de artilugios.

Así las cosas, se da la extraña situación, comúnmente aceptada, de que si alguien quiere una cosa y esa cosa esta inventada y se la puede permitir, entonces tiene derecho a hacer uso de ella, cualquiera sea su propósito.

Si esto lo tomamos con los móviles/cámara/Internet debería preocuparnos el uso que, sobre todo, nuestros hijos puedan hacer con Internet. Todos sabemos que en Internet hay de todo, lo mejor y lo peor. Con suerte nuestro hijo será alguien cabal y se dedicará a mirar páginas de entretenimiento "blanco". Con mala suerte, nuestro hijo será depresivo y un día entrará en un foro sobre suicidios y quedará para un suicidio en grupo con otros jóvenes tan depresivos como él en un coche cerrado, inhalando CO.
Sin embargo, aún en este caso extremo, el perjudicado sería él (y su familia directa, rota por el dolor) pero ¿y si ese "quiero/puedo/tengo derecho" se extrapola a una situación en donde los caprichos sean seres humanos en lugar de un móvil? La situación se hace entonces mucho más sangrante, ¿no? Pues va a ser que no.




Aquí tenemos un caso que fue famoso hace un par de meses. Una anciana de 67 años, desafiando a la naturaleza, había tenido mellizos durante un proceso de fecundación "in vitro". Este es un ejemplo claro de lo anteriormente mencionado. Esta mujer que no había tenido hijos veía ya como, muy probablemente, ya se quedaría sin ellos. Quería tener hijos por encima de cualquier otro deseo, además podía tenerlos, pues la ciencia médica permitía, cuanto menos, tratamientos para intentarlo. Con esas dos premisas, ya se tiene lo que comentaba, el derecho. Esta mujer apela a su derecho natural de ser madre para que nadie se atreva a criticarla y no han sido pocas las voces que han defendido su "valiente decisión" y su derecho a elegir cuando tener hijos.

No me quiero extender en lo que me parece este hecho, porque es claro que no lo apruebo por razones biológicas y morales. Me limitaré a poner fragmentos de noticias y entrevistas para que vosotros mismos decidáis si este episodio obedece a la necesidad de un derecho fundamental o a un simple capricho:

Creo que todas las mujeres deberían ser madre en el momento adecuado - Carmela Bousada.

Era la única forma de lograr lo que yo siempre he soñado - Carmela Bousada.

Bousada espera ahora encontrar un marido más joven para que los mellizos, Pau y Christian, tengan un padre.
- Periodista del 20 minutos.


Sí, por supuesto que soy vieja, pero si vivo tanto como mi madre (de la que no especifica su edad), imaginen: podría tener hasta nietos - Carmela Bousada.

Bousada fue hospitalizada durante su embarazo tras desmayarse en un supermercado, pero presume de un buen estado de salud desde que dio a luz - Periodista del 20 minutos.

Cuando los médicos dijeron que tenían que hacer una incisión para una cesárea, les comenté: Háganla muy abajo, de manera que aún pueda ponerme un bikini - Carmela Bousada, en tono jocoso.

Los mellizos, que nacieron con siete semanas de antelación, permanecieron en el hospital durante tres semanas, aunque ahora gozan de buen salud en la casa de Bousada. - Periodista del 20 minutos.

Quizá para saber las motivaciones de esta mujer haya que remontarse a su pasado. Se cuenta desde algunos medios que tuvo una vida muy sacrificada, cuidando de su madre, lo que hizo que no pudiera encontrar pareja. Un media verdad para tratar de hacer moralmente comprensible su egoísta decisión, pero que se cae cuando uno lee un artículo periodístico serio al respecto. Mención aparte merece el episodio a lo "Misión imposible" en donde la sexagenaria madre primeriza mintió sobre su edad para que le sometieran al tratamiento. He aquí el relato del médico que la atendió.
Por cierto que, igual me equivoco, pero ¿no es algo mínimamente delictivo mentir para sacar partido de cierta situación, en este caso, para quedarse embarazada? Debe ser que no, porque, hasta donde yo sé, esta mujer no ha sido reclamada para testificar ante ningún juez por su artimaña. Pero insisto, igual me equivoco.


Este médico especialista, cuyo pecado fue creer a esta mujer, nos deja algunas frases para el recuerdo:

Ella me mintió, falsificó los documentos. Si hubiera conocido la verdadera edad de la paciente no la hubiera tratado. - Doctor Vicken Sahakian.

Me siento engañado y utilizado - Doctor Vicken Sahakian.

Doy tratamiento a una mujer cuando las edades de la madre y del padre no suman más de 110 años - Doctor Vicken Sahakian.

Podría morirse dentro de diez años. ¿Qué será de los niños?
- Doctor Vicken Sahakian.

No pedimos el pasaporte ni el certificado de nacimiento (a los pacientes), pero cuando uno acude al médico se supone que cuenta la verdad - Doctor Vicken Sahakian.

"Ella podía haber muerto, los bebes podrían haber muerto" - Doctor Vicken Sahakian.


Uno podría pensar que toda esto que cuenta el doctor Sahakian lo dice llevado por el rencor, por haber sido engañado por esta mujer. Nada más lejos. La opinión del mundo médico (que es el que al fin y al cabo sabe de estas cosas, no yo, ni los periodistas, ni mucho menos las "nosotras parimos, nosotras decidimos" de turno) sobre esta clase de temas queda bien clara en el siguiente artículo, que cabe destacar es del 2005, señal de que estas prácticas no son nuevas, pero claro, no son mal vistas, o al menos no tan mal vistas por la sociedad porque apenas si se informa o se incide en ellas.

Cuando he discutido este tema con alguna mujer de nuevo, como casi siempre, surge el tema del machismo. Para reforzar su teoría de la sociedad machista que no acepta que la mujer elija por sí misma se pone el caso de "Papuchi" Iglesias, el padre de Julio iglesias, que fue padre a los tropemil años y se murió al poco de nacer su hijo. Dicen que este caso es igual, pero honestamente, creo que no es verdad por lo siguiente.

Hasta donde se sabe, el bebé se concibió de manera natural, sin probetas, ni células sexuales prestadas de terceros, aunque posiblemente con medio kilo de viagra.

El embarazo no representaba riesgos (más allá de los lógicos) ni para la madre ni para el feto. Desde luego al padre el embarazo le es, físicamente hablando, transparente.

El padre anciano tenía una compañera joven que cuidaría de los hijos en caso de su fallecimiento

Nadie mintió a ningún médico para concebir al crío.

En definitiva, NO es el mismo caso, aunque me parece una irresponsabilidad lo de Papuchi, pero desde luego no es tan sangrante como lo de Carmela. Reducir este tema al machismo/feminismo, es un absurdo y una manera de quitarle importancia al tema en cuestión, reduciéndolo a una mera "guerra de sexos" que a nadie interesa. No es del machismo de lo que se trata, sino de sentido común. Tanto es así que, el artículo
del British medical journal al que hacía referencia el enlace anterior, fue escrito por la doctora Susan Bewley, una mujer con sentido común.

Bien, espero que, como hacía Coco conmigo años ha, os haya dejado claro la diferencia entre "querer", "poder" y "tener derecho a".

1 comment:

El exDuende said...

Muy bueno. Ha estado muy bien. Es que ya se creen que todo lo pueden. Basta que a alguna se le meta algo en la sesera y venga!. Luego vienen con recursos linguisticos como es mi derecho, mi libertad, machista, etc y ya esta.

Ahi estan pariendo pudiendo ser abuelas y mintiendo sobre su edad, acusando falsamente de violencia, inventandose invenciones, etc.

Y si las pillan, risita falsa je,je,je y a casa con la cosecha.

Asi estamos. Cuando se les exija el mismo nivel de verdad, honestidad, nobleza y altruismo que al resto de los mortales, habremos avanzado hacia una sociedad mejor.

Y que no me vengan con que son unas pocas manzanas podridas, que esto ya es tendencia.